miércoles, 7 de marzo de 2007

Los intentos

Luego de la tregua que el gobierno Betancur firmó con las Farc, el Epl y el M-19, la guerrilla se expandió con mayor intensidad en 12 departamentos, entre 1986 y 1988. Varias guerrillas menores, como el M-19, el Epl, el Quintín Lame y el Prt, negociaron su desmovilización entre 1989 y 1991 a cambio de reformas políticas y un programa de reinserción financiado por el Estado.
En diciembre de 1990, el ejército ocupó Casa Verde, el campamento del mando central de las Farc, causándoles una transitoria desorganización. Después de un súbito incremento de ataques en 1991, como reacción inmediata a la toma, la frecuencia de las acciones se redujo en 13 departamentos entre 1992 y 1994.
En el período que comenzó en 1995, que coincide con la crisis de legitimidad del gobierno Samper, hubo una expansión de la guerrilla, seguida por la expansión de las autodefensas. Como reacción a esta última, tanto las Farc como el Eln han concentrado fuerzas en sus regiones tradicionales y han desistido de continuar la expansión hacia territorios donde encuentran resistencia armada. Las Farc han buscado recuperar su influencia en los alrededores de Urabá, al noroccidente, y fortalecerse en la región de la zona de despeje, entre el Meta, Caquetá y Guaviare. Han debilitado su acción en la Costa Atlántica, el Magdalena Medio y el occidente.
Este repliegue estratégico no ha sido observado por la opinión, debido principalmente a la visibilidad de la serie de ataques masivos de las Farc contra instalaciones militares, que le produjeron quince derrotas seguidas al ejército entre 1996 y 1998 y dieron la impresión de una guerrilla triunfante. Casi todos los ataques ocurrieron alrededor de sus áreas fuertes tradicionales del suroriente selvático, en territorios de cultivos ilícitos hostiles a la fuerza pública y para la protección de su área de refugio de la región Guayabero - Guaviare - Caguán.
El Eln perdió en los últimos años una buena parte de sus mandos más experimentados y sufrió la desmembración de la Corriente de Renovación Socialista, que firmó la paz en 1994 y desmovilizó a muchos de los cuadros que tenían una perspectiva social de la lucha guerrillera. Ha sido además muy vulnerable a las incursiones de las autodefensas entre sus bases de apoyo, por su organización de tipo más miliciano que militar. Ha buscado resistir la embestida de las autodefensas retirándose de regiones como la Costa Atlántica y el occidente, y ofreciendo resistencia en el Magdalena Medio y el nororiente. El resultado es que el Eln ha perdido sus territorios de expansión y su perspectiva, de no negociar la paz, es una absorción de sus militantes por las Farc. En síntesis, después de un período de rápido crecimiento numérico y de expansión geográfica, que privilegió el carácter militar de la guerrilla, el movimiento estratégico de los últimos años es el repliegue hacia sus territorios con base social.

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